En Apoyo a la Libertad de Expresión y a la Reinstalación de Daniel Solorio Ramírez como Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Baja California

En Apoyo a la Libertad de Expresión y a la Reinstalación del Mtro. Daniel Solorio Ramírez como Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Baja California

Dr. Felipe Cuamea Velázquez, Rector de la Universidad Autónoma de Baja California.
Integrantes de la H. Junta de Gobierno, Universidad Autónoma de Baja California.
Mtro. José Guadalupe Osuna Millán, Gobernador Constitucional del Estado de Baja California.
Diputadas y Diputados de la XX Legislatura del Estado de Baja California.
Mtro. Javier Santillán Pérez, Secretario de Educación y Bienestar Social del Estado de Baja California.
Dr. José Angel Córdova Villalobos, Secretario de Educación Pública.
Dr. Rodolfo Tuirán Gutiérrez, Subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública.
Dr. Rafael López Castañares, Secretario General Ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.
Dr. Arturo Menchaca Rocha, Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
Dr. Juan Pedro Laclette, Coordinador General del Foro Consultivo de Ciencia y Tecnología.
Dr. José Enrique Villa Rivera, Director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Dr. José Luis Fernández Zayas, Director del Sistema Nacional de Investigadores.
Mtra. Guillermina Urbano Vidales, Jefa del Programa de Mejoramiento del Profesorado.
Dr. Raúl Plascencia Villanueva, Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Mtro. Heriberto García García, Procurador de los Derechos Humanos y Protección Ciudadana de Baja California.
A la Opinión Pública.

Desde que en 1980 la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos incorporó el principio de la autonomía universitaria en su Artículo 3°, se ha reconocido que la naturaleza del trabajo académico requiere una regulación compatible con los principios de libertad de cátedra y de investigación que hagan posible que los académicos tengan la libertad de opinar en relación a su institución y sus políticas, así como en asuntos de interés público.

Como en otros países las libertades asociadas al trabajo académico no constituyen condiciones de privilegio, sino que son indispensables para la formación de recursos humanos con altos niveles de calidad y compromiso social, para la generación de investigación y desarrollo de tecnología pertinentes, y para la difusión y la extensión de la cultura.

En este contexto, los abajo firmantes vemos con preocupación que en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), esté teniendo lugar un fuerte agravio a la libertad de expresión.

El día 13 de marzo pasado, las autoridades de la UABC despidieron al Maestro Daniel Solorio Ramírez, profesor de tiempo completo de la Facultad de Derecho-Mexicali desde 1975. Sin previo aviso, la Coordinación de Recursos Humanos le informó que su relación laboral con la universidad cesaba en ese mismo día por múltiples motivos, los que por su naturaleza han propiciado una gran suspicacia respecto a los verdaderos motivos del despido, generando dudas sobre las razones estrictamente laborales que las autoridades aducen como justificación a dicha decisión.

El Mtro. Solorio Ramírez ha mantenido, abiertamente, una postura crítica frente al aparato gubernamental de la UABC y, en particular ante la forma de actuar de sus autoridades. Ha sido un defensor de la autonomía universitaria manifestándose tanto en la prensa, en los tribunales y en otros medios, en contra de que personas o grupos monopolicen la Junta de Gobierno y la Rectoría de la universidad.

Es indudable que las autoridades de la UABC han cometido una injusticia. Quitarle el empleo, sus derechos laborables y su jubilación por ejercer su derecho a la libertad de expresión, es una afrenta que no podemos permitir que le suceda a nadie, menos a un universitario cuyo trabajo como docente y como miembro de una comunidad intelectual, incluye precisamente ejercer tal derecho.

El caso del Mtro. Solorio Ramírez es relevante por sí mismo. El despido de un académico por ejercer la libertad de expresión que le es consustancial, representa el establecimiento de condiciones incompatibles con el trabajo académico que debe darse al seno de las universidades públicas mexicanas.

Ante esta situación, solicitamos que el Mtro. Solorio Ramírez sea reinstalado en su puesto de trabajo y, en caso de que la administración rectoral lo juzgue conveniente, se ajuste al principio de debido proceso para demostrar que el despido es una medida justa e indispensable.

Los abajo firmantes confiamos en que las autoridades de la UABC sabrán actuar con madurez institucional y, anteponiendo los intereses institucionales por sobre los personales o de grupo, reinstalarán al Mtro. Solorio Ramírez y procederán de una manera transparente y de buena fe para solventar, de acuerdo a derecho, cualesquier situación laboral que consideren pertinente.